domingo, 27 de noviembre de 2011

El Marqués de la Ensenada




Proveniente de una familia de hidalgos El Marqués de la Ensenada fue un Personaje político que desempeñó diversos cargos durante los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III, nació el 20 de abril de 1702 en Hervías- La Rioja bajo el nombre de Don Zenón de Somodevilla y Bengoechea.

Fue cuando tenía 18 años, mientras se encontraba en Cádiz desempeñándose como escribiente en una casa de comercio que conoció a Patiño, intendente del Ejército y la Marina quien se encontraba allí para dar vigor al armamento y expedición, que se preparaba para liberar Ceuta. Éste lo incorpora al servicio de la monarquía reclutándolo como oficial y le da “en atención a su habilidad” el título de oficial supernumerario del ministerio de marina. Se distinguía Somodevilla por su forma de trabajar, inteligencia y actividad, por lo que escaló rápidamente en su carrera siendo ascendido posteriormente a la clase de segundo oficial, oficial primero y luego comisario de matrículas en la costa de Cantabria.

Ascendió progresivamente en la carrera burocrática hasta el puesto de comisario de Marina en El Ferrol (1730) Como comisario ordenador fue destinado por Felipe V a Italia en 1733, encargado de las funciones de intendente, o jefe superior de los servicios de administración militar. Se embarcó en El Ferrol y se dirigió con la expedición a Nápoles y Sicilia, al mando del duque de Montemar, que trataba de poner en el trono al infante don Carlos.

Con fecha del ocho de diciembre de 1736, el nuevo rey de Nápoles y Sicilia, Carlos VII (quien sería después Carlos III de España) le concedió el título de marqués de la Ensenada, como premio a los servicios prestados en Italia.

Desde entonces ocupó los más altos cargos de la Monarquía: secretario del Consejo del Almirantazgo (1737), intendente de Ejército y Marina de la expedición a Italia durante la Guerra de Sucesión de Austria (1741) entre otros.

Fue una pieza clave en el consejo de almirantazgo creado por Felipe V en 1736, con el grado de comisario ordenador de la Marina Implantó importantes reformas:

- La matrícula de mar o servicio obligatorio mediante la cual se incorporaron a la Marina real todos los habitantes varones dedicados a la industria pesquera.
- La formación del arsenal de Cartagena, creado ya su Departamento, desde 1730.
- La mejora de la enseñanza de guardias marinas y pilotos.
- El establecimiento del cuerpo de inválidos y el fomento de la construcción de buques en América.

Se le concedió en 1742 el hábito de Caballero de la Orden de Calatrava y el 25 de abril de 1743, a los cuarenta y un años de edad, recibía la Orden Real de sus nombramientos, como Ministro de Hacienda, de Marina de la Guerra y de Indias, tres de los cuatro cargos ministeriales existentes en la época. A estos se añadirían luego una larga lista de cargos dados por los reyes.

Convertido prácticamente en ministro universal, Ensenada encamino su política hacia el fortalecimiento del Ejército y la Marina en previsión del inevitable conflicto que, a la larga, tendría que sostener España con Inglaterra por sus intereses coloniales enfrentados, conflicto en el que desconfiaba de poder contar con la ayuda de Francia.

Al principio hubo de dedicar todos sus esfuerzos al sostenimiento de la guerra comenzada por Felipe V contra los británicos y luego la de la península itálica, que continuaría aún al subir al trono Fernando VI. La muerte de Felipe V en 1746 mejoro aún más su situación, pues el nuevo monarca, Fernando VI le confirmo en todos sus cargos y le nombro además secretario de la reina (1747).

Se esforzó por impulsar la economía productiva de la Península y el comercio con América, mejorar el rendimiento del sistema fiscal, fortalecer el control de la metrópoli sobre las Indias y reconstruir la flota.

El veintisiete de mayo de 1748, dirigió al rey una “Memoria”, que era un autentico programa económico, en ella daba mayor libertad al comercio interior, procurando destruir todo espíritu de monopolio con las importaciones de América, y al efecto estableció los buques llamados de Registro, que hacían los viajes con independencia de las flotas de Indias; además consideró los metales preciosos como mercaderías y no restringió su exportación.

Uno de sus proyectos fue el de simplificar la Hacienda y hacer contribuir a los estamentos privilegiados, para esto propone un impuesto único o única contribución, cuya base sería la de que cada cual pagará según sus riquezas.

Para llevar a cabo su reforma hubo de hacer lo que sería su máximo aporte a la monarquía hispánica y a la historia, un nuevo catastro general de la riqueza de las provincias castellanas (el famoso Catastro de Ensenada), obra monumental, que está contenida en 150 volúmenes que se encuentran en el archivo de Simancas y que refleja toda la realidad política económica y social de la época, consiste en una averiguación a gran escala de sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluyendo los censos; incluso de las características geográficas de cada población; Realizada con una increíble minuciosidad y única a nivel europeo, nos deja uno de los registros más grandes de la sociedad española; pero debido al largo tiempo utilizado en realizar el catastro y a las resistencias de los privilegiados a alterar su situación la Única Contribución no se llegó a implantar en el reino.

Además de sus reformas de carácter económico son notables sus obras públicas y de mecenazgo, tales como la apertura del canal de Castilla, la mejora de las vías de comunicación de la nación, las obras del camino del puerto de Guadarrama y de otros varios.

Favoreció la venida a España de los sabios extranjeros, especialmente en el ramo de ingeniería; mandó construir el castillo de San Fernando de Figueras, que fue un modelo de los de su tiempo; se mejoró el arsenal de La Carraca, se construyó el de El Ferrol y se perfeccionó el de Cartagena.
Envió a los españoles al extranjero para que estudiaran los adelantos y progresos de los demás países, descubrió al igual que habían hecho con él a un joven llamado Jorge Juan y ordenó que del erario público se pusiera en la imprenta el trabajo de este desconocido “Relación del viaje y las observaciones astronómicas” que le dio a conocer en el mundo científico.

Fundó el Colegio de Medicina de Cádiz en el año de 1748, y con el apoyo a Jorge Juan se creó el Observatorio Astronómico en la misma ciudad.

Inició la elaboración de un mapa geográfico de España; aumentó y reorganizó la Real Armada y el Ejército; dedicó especial atención a los asuntos de América; alentó a que se mejorase la obra “Vida de Cervantes” con el objeto de llevar a cabo una edición del “Quijote”, que superase a la que en 1737 se había hecho en Londres; propuso también la creación en Madrid y en otras ciudades, de una Academia de Ciencias y de Buenas Letras.

En definitiva, una acción de fortalecimiento del poder real y de fomento de la riqueza del país, que le sitúan en el ámbito del despotismo ilustrado propio de su época.

Su posición en la corte fue socavada desde 1746 por el secretario de Estado Carvajal, con el cual durante algún tiempo hubo un equilibrio en el gobierno, ya que mientras Ensenada representaba a los intereses de Francia, Carvajal era representante de los intereses ingleses, pero tras la muerte del Secretario de Estado en 1754 y debido a la acción combinada de las protestas inglesas, las malas relaciones con el nuevo secretario de estado Ricardo Wall y el malestar que sus iniciativas fiscales habían causado entre los estamentos privilegiados, Ensenada cayo del gobierno. Fue desterrado a Granada y más tarde al Puerto de Santa María siendo acusado de haber dado instrucciones al virrey de México, para que destruyera los establecimientos británicos que éstos poseían en aquellas tierras, además de haber favorecido a la Compañía Francesa de las Indias, y ya que tal acción podría provocar una guerra, de haber conspirado contra los intereses de España. Con el advenimiento al Trono de Carlos III (1760) fue liberado, pero en 1766 fue acusado de haber participado en el motín de Esquilache y nuevamente confinado, esta vez en Medina del Campo donde fallecería el 2 de diciembre de 1781.

viernes, 18 de noviembre de 2011

El concepto de propiedad en el Antiguo Régimen.


Para comenzar a tratar el tema de la propiedad en el Antiguo Régimen hay que empezar diciendo que la sociedad de aquel momento era estamental y estaba dividida en el estamento privilegiado, compuesto por la nobleza y el clero, y el estamento no privilegiado, compuesto por el resto de la población y denominado tercer estado.

En aquella época el concepto de propiedad estaba mayoritariamente relacionado con el estamento privilegiado, es decir, los que tenían propiedades en esta sociedad eran los nobles y los clérigos además, por supuesto, de la monarquía.

Existían los señoríos que eran propiedad de los denominados señores (o señores feudales) y eran una donación de tierras entregada a nobles y a clérigos por el monarca como recompensa por los servicios prestados y por sus méritos. Los encargados de trabajar estas tierras eran los campesinos.Estos señoríos se conviertieron en el eje que articulaba la vida del antiguo régimen y es lo que se llama régimen señorial.

Dentro de este régimen señorial se distinguen dos tipos de señoríos, son el territorial o solariego y el jurisdiccional, este último era el que más predominaba en época moderna. El señor encargado del territorial en teoría tenía una vinculación más estrecha con la tierra mientras que en cambio el señor encargado del jurisdiccional solo se encargaba de recibir la renta, tiene la propiedad eminente de la tierra mientras que el siervo tiene el dominio útil. Los campesinos estaban siempre sometidos a la superioridad de los señores, esto era lo normal en una sociedad en la cual la desigualdad era un factor totalmente corriente de la época.

Para finalizar debemos comentar que este concepto de propiedad en la sociedad estamental cambia tras la Revolución Francesa de 1789 cuando se declara a la propiedad libre de cargas feudales. En España este régimen fue abolido por la Constitución de 1812.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Un imperio global

LOS AUSTRIAS EN ULTRAMAR
-Principio y fin de un Imperio.
La llegada a América de los europeos supuso un punto de inflexión en la historia de este continente, de tal manera que, aún hoy en día, se habla del descubrimiento del Nuevo Mundo.
Pensando en la dinastía de los Austrias y en el inmenso territorio que acumularon, es fácil plantearse cómo consiguieron mantener kilómetros y kilómetros de tierras –entre América y Asia- bajo el poder de una única dinastía. Habían creado un auténtico Imperio Global que no se disolverá hasta 1898, con la pérdida de las últimas colonias.
Esta presencia internacional supuso un punto clave para el desarrollo de la comunicación. La lengua española logró expandirse por cada uno de los nuevos territorios colonizados, lo que fue un auténtico legado cultural que se remonta hasta nuestros días; -el español es ya la segunda lengua del mundo y en este aspecto, hemos mantenido el imperio-.
LOS RITMOS DE LA CONQUISTA
Ya en 1540, casi todos los territorios encontrados estaban colonizados.
Todo sucedió con bastante rapidez a partir de la conquista de las Islas Canarias –entre 1478 y 1496-, ya que era un territorio estratégico desde el que podían acceder con mayor facilidad los barcos que estuvieran dispuestos a navegar hacia el “abismo del mundo”.
-Todo un modelo de gobierno.
Pueblo y corona llegaron a un estrecho acuerdo en el que a los particulares se les reservaba un beneficio económico por mantener el territorio conquistado a cambio de entregar un porcentaje de sus ganancias, –el quinto real-, a los monarcas, además de reconocerles su poder.
-Los primeros conquistadores.
La tripulación al mando de Cristóbal Colón divisó por primera vez tierra firme en la madrugada del 12 de octubre de 1492, a pesar de la poca confianza que había puesto Europa en esta peculiar travesía. Colón había llegado a la isla de La Española, -lo que él pensaba las Indias-. Pero no contento con este primer viaje, realizó cuatro más hasta dar con Cuba, la zona de las Honduras, Nicaragua, las Antillas, Costa Rica y Panamá.
Dado el claro éxito que tuvieron estas primeras expediciones, tiempo les faltó a aventureros como Ponce de León, Núñez de Balboa o Magallanes para ir en busca de nuevos descubrimientos.

-Los hitos coloniales de la casa de Austria: aspectos negativos y positivos.
En tiempos de esta dinastía, se colonizó México y Perú, ambas entre 1519 y 1531. Hernán Cortés y Francisco Pizarro fueron los grandes protagonistas de esta parte de la Historia, aunque no todo fue gloria para estos aventureros. Ambos son conocidos por el fin de las civilizaciones azteca e inca.
Con el propósito de lograr sus objetivos, –colonizar los nuevos territorios-, no dudaron en emplear violencia, engaños y traiciones.
Cortés expolió casi toda la meseta Mexicana tras un primer intento fallido en el que tuvo que huir durante la llamada Noche Triste, dejando a más de medio ejército abandonado y quedando así como una completa humillación a ojos de la corona castellana. Pero no se rindió. Con un claro sentimiento de venganza, regresó para tomar Tenochtitlán y acabar lo que había empezado.
Pizarro, por otra parte, traicionó al inca Atahualpa, tras haberle ayudado en un conflicto interno que mantenía contra su hermano –una especie de guerra civil–, y no contento con todas las riquezas que había obtenido en agradecimiento por su participación, decidió asesinarlo. (Años después, el destino le devolvería la otra cara de la moneda, cuando su socio Diego de Almagro consiguió acabar con su vida).
Está claro que, por lo menos desde el punto de vista de los territorios colonizados, la llegada de los españoles al Nuevo Mundo fue una auténtica masacre. Pero no todo fue negativo en esta colonización:
Hubo protectores de  los nativos americanos como Bartolomé de las Casas o Francisco de Vitoria, quienes denunciaron los malos tratos cometidos por los españoles y establecieron unas “normas básicas de conquista” –unas pautas de humanidad- que con el tiempo se convertirían en el derecho internacional.
Por otro lado, la coexistencia entre ambas culturas y tradiciones, -la europea y la indígena-, generó el llamado Barroco americano.
-El éxito de la conquista.
El principal aliciente que tuvieron los colonizadores fue el carácter de “empresa” con el que se concibió la conquista en América: el conquistador recibía unos beneficios a cambio de ceder la soberanía al rey. Este tipo de “contrato” recibe el nombre de Capitulación.
Acuerdos como estos, fueron los llevados a cabo en las Capitulaciones de Santa Fe, contrato firmado en Granada entre los Reyes Católicos y Colón, al que se le reconocería como Almirante de la mar Océana por sus futuros hallazgos.
La ambición sin medida y la superioridad en armas de los colonizadores explican el rápido éxito de la conquista, a lo que hay que sumar la oportunidad de ascender socialmente, posicionándose en estamentos superiores y además proporcionándoles la oportunidad de expandir el catolicismo allá donde fueran, -el mesianismo de Castilla-.
GOBERNAR UN IMPERIO:  Un mundo más interrelacionado.
Una empresa castellana.
Hay que remarcar que la conquista fue un asunto llevado únicamente por el reino de Castilla; ninguno de los demás territorios peninsulares podía participar en el desarrollo y mantenimiento de este imperio. Para dejar constancia de ello se llevó a cabo el Tratado de Tordesillas, que contaba con el apoyo de la Iglesia al tener la aprobación del papa Alejandro VI –perteneciente a la familia de los Borgia–.
En este tratado, España y Portugal -que luchaban por la conquista de nuevos territorios al debatirse en una carrera colonial-, pactó trazar una línea imaginaria que dividiría el globo en dos partes. Este gigantesco meridiano iría de polo a polo, pasando a trescientas setenta leguas de las islas Cabo Verde. Todos los territorios encontrados al Oeste de dicha división estarían bajo hegemonía Castellana, los del Este, tendrían la protección portuguesa.
Esta carrera en busca de lo desconocido impulsó el avance de las ciencias y en especial de la cartografía. Los mapas se renovaban una y otra vez, según se iban abriendo nuevos horizontes.
Instituciones en América.
En las Indias, se implantaron los mismos organismos ejecutivos que en Castilla, de este modo se conseguía una homogeneidad política. Al igual que en la península, se establecieron las audiencias, la figura de los regidores y corregidores y la alcabala como impuesto fiscal, aunque la institución más importante fue el virreinato:
En cada territorio se nombraba a un virrey –normalmente procedente de bien posicionadas familias españolas-, que debía ocuparse de mantener el orden e informar de los altercados a la capital. Actuaban de igual modo que el monarca, con total impunidad, dentro de los límites que les imponía la corona ya que, para evitar abusos de poder, se les hacía “visitas y residencias”. Fueron dos los virreinatos en América: el de Nueva España y el de Perú.
Instituciones en España.
Sin embargo, también era necesario llevar un seguimiento desde la península. De este modo se inauguró el Consejo de Indias para llevar al día todos los asuntos de política exterior. Por otro lado y con sede en Sevilla, se instauró la Casa de Contratación, institución que llevaba todo el control de las importaciones y exportaciones que se producían en el reino,-de hecho en el Archivo de Indias se recoge un riguroso seguimiento de toda la documentación que generaba la corona castellana-. Entre los miembros más destacados de esta última entidad se encontraba Américo Vespucio, quien dio nombre al continente americano, a pesar de la leyenda negra que estaba detrás de la figura de este reconocido navegante.
Además de estas instituciones, el triunfo de la empresa americana se debió a las estrechas relaciones interpersonales mediante el contacto epistolar y los frecuentes viajes a América.
AMÉRICA BIEN VALE UN POTOSÍ.
-Balanza económica, ¿positiva o negativa?.
El ámbito más destacable de esta época fue el económico. El comercio era considerado monopolio castellano, y es que las arcas del Estado se llenaron de oro y plata, no solo de las múltiples excavaciones que expoliaron las minas americanas –como la de Potosí-, sino por todo el capital que generó la compra-venta de nuevos productos que los europeos no habían visto jamás, pero que acabarían siendo fundamentales incluso para el consumo actual. El tabaco, la patata, el maíz o el café cruzaban el charco en pocas semanas y enriquecían Castilla.
No obstante toda esta acumulación de capital propició una revolución de los precios y una constante inflación -había más dinero que productos-. La balanza comercial era negativa ya que Castilla importaba más de lo que producía, hasta tal punto que el real de a ocho, –moneda del momento–, se llegó a conocer incluso en la lejana China.
 -Un imperio global.
En definitiva, desde la dinastía de Austria se comenzó a hablar de un imperio global ya que toda esta colonización propició las relaciones internacionales -por lo menos desde un punto de vista económico-.
Hablando con una terminología actual, es el principio de lo que, con los siglos, llegará a ser la globalización.







(Resumen del capítulo 7 de Breve Historia de los Austrias, David Alonso García)