Proveniente de una familia de hidalgos El Marqués de la Ensenada fue un Personaje político que desempeñó diversos cargos durante los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III, nació el 20 de abril de 1702 en Hervías- La Rioja bajo el nombre de Don Zenón de Somodevilla y Bengoechea.
Fue cuando tenía 18 años, mientras se encontraba en Cádiz desempeñándose como escribiente en una casa de comercio que conoció a Patiño, intendente del Ejército y la Marina quien se encontraba allí para dar vigor al armamento y expedición, que se preparaba para liberar Ceuta. Éste lo incorpora al servicio de la monarquía reclutándolo como oficial y le da “en atención a su habilidad” el título de oficial supernumerario del ministerio de marina. Se distinguía Somodevilla por su forma de trabajar, inteligencia y actividad, por lo que escaló rápidamente en su carrera siendo ascendido posteriormente a la clase de segundo oficial, oficial primero y luego comisario de matrículas en la costa de Cantabria.
Ascendió progresivamente en la carrera burocrática hasta el puesto de comisario de Marina en El Ferrol (1730) Como comisario ordenador fue destinado por Felipe V a Italia en 1733, encargado de las funciones de intendente, o jefe superior de los servicios de administración militar. Se embarcó en El Ferrol y se dirigió con la expedición a Nápoles y Sicilia, al mando del duque de Montemar, que trataba de poner en el trono al infante don Carlos.
Con fecha del ocho de diciembre de 1736, el nuevo rey de Nápoles y Sicilia, Carlos VII (quien sería después Carlos III de España) le concedió el título de marqués de la Ensenada, como premio a los servicios prestados en Italia.
Desde entonces ocupó los más altos cargos de la Monarquía: secretario del Consejo del Almirantazgo (1737), intendente de Ejército y Marina de la expedición a Italia durante la Guerra de Sucesión de Austria (1741) entre otros.
Fue una pieza clave en el consejo de almirantazgo creado por Felipe V en 1736, con el grado de comisario ordenador de la Marina Implantó importantes reformas:
- La matrícula de mar o servicio obligatorio mediante la cual se incorporaron a la Marina real todos los habitantes varones dedicados a la industria pesquera.
- La formación del arsenal de Cartagena, creado ya su Departamento, desde 1730.
- La mejora de la enseñanza de guardias marinas y pilotos.
- El establecimiento del cuerpo de inválidos y el fomento de la construcción de buques en América.
Se le concedió en 1742 el hábito de Caballero de la Orden de Calatrava y el 25 de abril de 1743, a los cuarenta y un años de edad, recibía la Orden Real de sus nombramientos, como Ministro de Hacienda, de Marina de la Guerra y de Indias, tres de los cuatro cargos ministeriales existentes en la época. A estos se añadirían luego una larga lista de cargos dados por los reyes.
Convertido prácticamente en ministro universal, Ensenada encamino su política hacia el fortalecimiento del Ejército y la Marina en previsión del inevitable conflicto que, a la larga, tendría que sostener España con Inglaterra por sus intereses coloniales enfrentados, conflicto en el que desconfiaba de poder contar con la ayuda de Francia.
Al principio hubo de dedicar todos sus esfuerzos al sostenimiento de la guerra comenzada por Felipe V contra los británicos y luego la de la península itálica, que continuaría aún al subir al trono Fernando VI. La muerte de Felipe V en 1746 mejoro aún más su situación, pues el nuevo monarca, Fernando VI le confirmo en todos sus cargos y le nombro además secretario de la reina (1747).
Se esforzó por impulsar la economía productiva de la Península y el comercio con América, mejorar el rendimiento del sistema fiscal, fortalecer el control de la metrópoli sobre las Indias y reconstruir la flota.
El veintisiete de mayo de 1748, dirigió al rey una “Memoria”, que era un autentico programa económico, en ella daba mayor libertad al comercio interior, procurando destruir todo espíritu de monopolio con las importaciones de América, y al efecto estableció los buques llamados de Registro, que hacían los viajes con independencia de las flotas de Indias; además consideró los metales preciosos como mercaderías y no restringió su exportación.
Uno de sus proyectos fue el de simplificar la Hacienda y hacer contribuir a los estamentos privilegiados, para esto propone un impuesto único o única contribución, cuya base sería la de que cada cual pagará según sus riquezas.
Para llevar a cabo su reforma hubo de hacer lo que sería su máximo aporte a la monarquía hispánica y a la historia, un nuevo catastro general de la riqueza de las provincias castellanas (el famoso Catastro de Ensenada), obra monumental, que está contenida en 150 volúmenes que se encuentran en el archivo de Simancas y que refleja toda la realidad política económica y social de la época, consiste en una averiguación a gran escala de sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluyendo los censos; incluso de las características geográficas de cada población; Realizada con una increíble minuciosidad y única a nivel europeo, nos deja uno de los registros más grandes de la sociedad española; pero debido al largo tiempo utilizado en realizar el catastro y a las resistencias de los privilegiados a alterar su situación la Única Contribución no se llegó a implantar en el reino.
Además de sus reformas de carácter económico son notables sus obras públicas y de mecenazgo, tales como la apertura del canal de Castilla, la mejora de las vías de comunicación de la nación, las obras del camino del puerto de Guadarrama y de otros varios.
Favoreció la venida a España de los sabios extranjeros, especialmente en el ramo de ingeniería; mandó construir el castillo de San Fernando de Figueras, que fue un modelo de los de su tiempo; se mejoró el arsenal de La Carraca, se construyó el de El Ferrol y se perfeccionó el de Cartagena.
Envió a los españoles al extranjero para que estudiaran los adelantos y progresos de los demás países, descubrió al igual que habían hecho con él a un joven llamado Jorge Juan y ordenó que del erario público se pusiera en la imprenta el trabajo de este desconocido “Relación del viaje y las observaciones astronómicas” que le dio a conocer en el mundo científico.
Fundó el Colegio de Medicina de Cádiz en el año de 1748, y con el apoyo a Jorge Juan se creó el Observatorio Astronómico en la misma ciudad.
Inició la elaboración de un mapa geográfico de España; aumentó y reorganizó la Real Armada y el Ejército; dedicó especial atención a los asuntos de América; alentó a que se mejorase la obra “Vida de Cervantes” con el objeto de llevar a cabo una edición del “Quijote”, que superase a la que en 1737 se había hecho en Londres; propuso también la creación en Madrid y en otras ciudades, de una Academia de Ciencias y de Buenas Letras.
En definitiva, una acción de fortalecimiento del poder real y de fomento de la riqueza del país, que le sitúan en el ámbito del despotismo ilustrado propio de su época.
Su posición en la corte fue socavada desde 1746 por el secretario de Estado Carvajal, con el cual durante algún tiempo hubo un equilibrio en el gobierno, ya que mientras Ensenada representaba a los intereses de Francia, Carvajal era representante de los intereses ingleses, pero tras la muerte del Secretario de Estado en 1754 y debido a la acción combinada de las protestas inglesas, las malas relaciones con el nuevo secretario de estado Ricardo Wall y el malestar que sus iniciativas fiscales habían causado entre los estamentos privilegiados, Ensenada cayo del gobierno. Fue desterrado a Granada y más tarde al Puerto de Santa María siendo acusado de haber dado instrucciones al virrey de México, para que destruyera los establecimientos británicos que éstos poseían en aquellas tierras, además de haber favorecido a la Compañía Francesa de las Indias, y ya que tal acción podría provocar una guerra, de haber conspirado contra los intereses de España. Con el advenimiento al Trono de Carlos III (1760) fue liberado, pero en 1766 fue acusado de haber participado en el motín de Esquilache y nuevamente confinado, esta vez en Medina del Campo donde fallecería el 2 de diciembre de 1781.
Fue cuando tenía 18 años, mientras se encontraba en Cádiz desempeñándose como escribiente en una casa de comercio que conoció a Patiño, intendente del Ejército y la Marina quien se encontraba allí para dar vigor al armamento y expedición, que se preparaba para liberar Ceuta. Éste lo incorpora al servicio de la monarquía reclutándolo como oficial y le da “en atención a su habilidad” el título de oficial supernumerario del ministerio de marina. Se distinguía Somodevilla por su forma de trabajar, inteligencia y actividad, por lo que escaló rápidamente en su carrera siendo ascendido posteriormente a la clase de segundo oficial, oficial primero y luego comisario de matrículas en la costa de Cantabria.
Ascendió progresivamente en la carrera burocrática hasta el puesto de comisario de Marina en El Ferrol (1730) Como comisario ordenador fue destinado por Felipe V a Italia en 1733, encargado de las funciones de intendente, o jefe superior de los servicios de administración militar. Se embarcó en El Ferrol y se dirigió con la expedición a Nápoles y Sicilia, al mando del duque de Montemar, que trataba de poner en el trono al infante don Carlos.
Con fecha del ocho de diciembre de 1736, el nuevo rey de Nápoles y Sicilia, Carlos VII (quien sería después Carlos III de España) le concedió el título de marqués de la Ensenada, como premio a los servicios prestados en Italia.
Desde entonces ocupó los más altos cargos de la Monarquía: secretario del Consejo del Almirantazgo (1737), intendente de Ejército y Marina de la expedición a Italia durante la Guerra de Sucesión de Austria (1741) entre otros.
Fue una pieza clave en el consejo de almirantazgo creado por Felipe V en 1736, con el grado de comisario ordenador de la Marina Implantó importantes reformas:
- La matrícula de mar o servicio obligatorio mediante la cual se incorporaron a la Marina real todos los habitantes varones dedicados a la industria pesquera.
- La formación del arsenal de Cartagena, creado ya su Departamento, desde 1730.
- La mejora de la enseñanza de guardias marinas y pilotos.
- El establecimiento del cuerpo de inválidos y el fomento de la construcción de buques en América.
Se le concedió en 1742 el hábito de Caballero de la Orden de Calatrava y el 25 de abril de 1743, a los cuarenta y un años de edad, recibía la Orden Real de sus nombramientos, como Ministro de Hacienda, de Marina de la Guerra y de Indias, tres de los cuatro cargos ministeriales existentes en la época. A estos se añadirían luego una larga lista de cargos dados por los reyes.
Convertido prácticamente en ministro universal, Ensenada encamino su política hacia el fortalecimiento del Ejército y la Marina en previsión del inevitable conflicto que, a la larga, tendría que sostener España con Inglaterra por sus intereses coloniales enfrentados, conflicto en el que desconfiaba de poder contar con la ayuda de Francia.
Al principio hubo de dedicar todos sus esfuerzos al sostenimiento de la guerra comenzada por Felipe V contra los británicos y luego la de la península itálica, que continuaría aún al subir al trono Fernando VI. La muerte de Felipe V en 1746 mejoro aún más su situación, pues el nuevo monarca, Fernando VI le confirmo en todos sus cargos y le nombro además secretario de la reina (1747).
Se esforzó por impulsar la economía productiva de la Península y el comercio con América, mejorar el rendimiento del sistema fiscal, fortalecer el control de la metrópoli sobre las Indias y reconstruir la flota.
El veintisiete de mayo de 1748, dirigió al rey una “Memoria”, que era un autentico programa económico, en ella daba mayor libertad al comercio interior, procurando destruir todo espíritu de monopolio con las importaciones de América, y al efecto estableció los buques llamados de Registro, que hacían los viajes con independencia de las flotas de Indias; además consideró los metales preciosos como mercaderías y no restringió su exportación.
Uno de sus proyectos fue el de simplificar la Hacienda y hacer contribuir a los estamentos privilegiados, para esto propone un impuesto único o única contribución, cuya base sería la de que cada cual pagará según sus riquezas.
Para llevar a cabo su reforma hubo de hacer lo que sería su máximo aporte a la monarquía hispánica y a la historia, un nuevo catastro general de la riqueza de las provincias castellanas (el famoso Catastro de Ensenada), obra monumental, que está contenida en 150 volúmenes que se encuentran en el archivo de Simancas y que refleja toda la realidad política económica y social de la época, consiste en una averiguación a gran escala de sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluyendo los censos; incluso de las características geográficas de cada población; Realizada con una increíble minuciosidad y única a nivel europeo, nos deja uno de los registros más grandes de la sociedad española; pero debido al largo tiempo utilizado en realizar el catastro y a las resistencias de los privilegiados a alterar su situación la Única Contribución no se llegó a implantar en el reino.
Además de sus reformas de carácter económico son notables sus obras públicas y de mecenazgo, tales como la apertura del canal de Castilla, la mejora de las vías de comunicación de la nación, las obras del camino del puerto de Guadarrama y de otros varios.
Favoreció la venida a España de los sabios extranjeros, especialmente en el ramo de ingeniería; mandó construir el castillo de San Fernando de Figueras, que fue un modelo de los de su tiempo; se mejoró el arsenal de La Carraca, se construyó el de El Ferrol y se perfeccionó el de Cartagena.
Envió a los españoles al extranjero para que estudiaran los adelantos y progresos de los demás países, descubrió al igual que habían hecho con él a un joven llamado Jorge Juan y ordenó que del erario público se pusiera en la imprenta el trabajo de este desconocido “Relación del viaje y las observaciones astronómicas” que le dio a conocer en el mundo científico.
Fundó el Colegio de Medicina de Cádiz en el año de 1748, y con el apoyo a Jorge Juan se creó el Observatorio Astronómico en la misma ciudad.
Inició la elaboración de un mapa geográfico de España; aumentó y reorganizó la Real Armada y el Ejército; dedicó especial atención a los asuntos de América; alentó a que se mejorase la obra “Vida de Cervantes” con el objeto de llevar a cabo una edición del “Quijote”, que superase a la que en 1737 se había hecho en Londres; propuso también la creación en Madrid y en otras ciudades, de una Academia de Ciencias y de Buenas Letras.
En definitiva, una acción de fortalecimiento del poder real y de fomento de la riqueza del país, que le sitúan en el ámbito del despotismo ilustrado propio de su época.
Su posición en la corte fue socavada desde 1746 por el secretario de Estado Carvajal, con el cual durante algún tiempo hubo un equilibrio en el gobierno, ya que mientras Ensenada representaba a los intereses de Francia, Carvajal era representante de los intereses ingleses, pero tras la muerte del Secretario de Estado en 1754 y debido a la acción combinada de las protestas inglesas, las malas relaciones con el nuevo secretario de estado Ricardo Wall y el malestar que sus iniciativas fiscales habían causado entre los estamentos privilegiados, Ensenada cayo del gobierno. Fue desterrado a Granada y más tarde al Puerto de Santa María siendo acusado de haber dado instrucciones al virrey de México, para que destruyera los establecimientos británicos que éstos poseían en aquellas tierras, además de haber favorecido a la Compañía Francesa de las Indias, y ya que tal acción podría provocar una guerra, de haber conspirado contra los intereses de España. Con el advenimiento al Trono de Carlos III (1760) fue liberado, pero en 1766 fue acusado de haber participado en el motín de Esquilache y nuevamente confinado, esta vez en Medina del Campo donde fallecería el 2 de diciembre de 1781.
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