viernes, 3 de febrero de 2012

Los personajes de una guerra




Tanto la historia de la guerra civil española como la del periodismo en general está llena de personajes, como si de un cuento se tratase, sólo hace falta leer un poco para inmediatamente reconocer a nuestros protagonistas: los sensibles, los carismáticos, los embusteros, entre otros; todos se presentan ante nosotros como un maravilloso compendio de caracteres que forman parte de una gran historia, que se siente muy cercana, pero quizás lo que diferencia a esta historia que es real de aquellas que son sólo ficción es que a pesar de las etiquetas que podamos ponerles a estas personas nunca podremos saber en realidad que parte de aquella imagen que tenemos de ellas es mito y que parte es realidad; nos tenemos que conformar con conocer solo lo que ellos nos ofrecen y tratar de no juzgar demasiado pues siempre habrá alguna parte de su historia que no sabremos. Es la historia que se esconde tras cada corresponsal de guerra.

Jay Allen periodista original de Seattle y corresponsal del Chicago Daily News es un personaje controvertido en la historia del periodismo de guerra, existen opiniones totalmente contrarias con respecto a la veracidad y ética de su trabajo durante la guerra civil española; mientras algunos lo tachan de amarillista interesado nada mas en conseguir lectores mediante la exageración y la mentira en sus crónicas otros lo tratan de valeroso corresponsal que se arriesgó en numerosas ocasiones por llegar a los hechos y la verdad; lo que es seguro es que el trabajo de Allen destaca tanto porque fue uno de los primeros en cubrir la guerra como por las personalidades a las que tuvo ocasión de entrevistar.

Allen Llega a España antes de estallar la guerra civil, en 1934 con el fin de realizar un estudio sobre la Reforma Agraria, estando allí informa lo que serían los preludios de la guerra civil, como la revolución de Asturias; cuando se produce la sublevación militar tiene la oportunidad de entrevistar al general Franco, quien solo había dado hasta la fecha comunicados oficiales a la prensa, esta entrevista publicada el 29 de julio de 1936 le ha proporcionado hasta hoy en día gran fama a Allen que describe a Franco de la siguiente manera “Es asombrosamente pequeño (otro enano que quiere ser dictador). Sus ojos son amables, su nariz aguileña, sus manos y pies muy pequeños. Tendrá barriga muy pronto.” Y comenta “Es evidente que sus hombres le adoran.” Destacan además las tan conocidas palabras que dijo el general Franco en esta entrevista “Salvaré España del marxismo, cueste lo que cueste." En respuesta la pregunta de Allen de si tendría que matar a la mitad de España para llegar a su objetivo. En esta entrevista se hace obvia la simpatía que causa en el corresponsal del Chicago Daily News en la república, expresando palabras como “el general Francisco Franco Realmente cree que tiene todavía la posibilidad de dominar a la República.” En un tono obviamente irónico.

Es conocido también por ser uno de los últimos en entrevistar a José Antonio Primo de Rivera antes de su ejecución en 1936 en la cual dice al entrevistado: “¿Qué pensaría usted si le dijese que yo opino que el movimiento del general Franco se ha salido de su cauce, cualquiera que fuese, y que ahora en adelante simplemente la vieja España lucha por perdidos privilegios?”. Pero definitivamente la más destacada y discutida de sus crónicas es la escrita desde Portugal para el Chicago Tribune el 25 de agosto de 1936 y publicada el 30 del mismo mes, relata en esta ocasión los hechos ocurridos en Badajoz, afirma Allen “Cuatro mil hombres y mujeres han muerto en Badajoz desde que los moros y los legionarios rebeldes del general Francisco Franco treparan sobre los cuerpos de sus propios muertos para escalar las murallas tantas veces empapadas en sangre.” En un emotivo y triste reportaje Allen cuenta su paso desde Lisboa hasta Badajoz, como recorre la ciudad, los asesinatos cometidos no solo por los moros y el ejército de Franco sino también por el ejército portugués, los saqueos de los que fue víctima la ciudad, la matanza en la plaza de toros y como observo que había desaparecido una parte de la catedral de Badajoz.

Todas estas declaraciones conforman una terrorífica crónica que escandalizo a los lectores estadounidenses de la época y aun a los lectores actuales pero su veracidad ha sido múltiples veces puesta en tela de juicio y he ahí donde la fama de y ética laboral de Allen se ven afectados, en primer lugar no se tiene información según otras fuentes de 4.000 personas muertas, después encontramos que la catedral de Badajoz nunca fue bombardeada como aseguró Allen que llegó a decir “Al pasar junto a ella en coche veo que ha desaparecido una parte de la torre cuadrada.” Todo esto y las diferencias de este artículo con las historias de otros cronistas como por ejemplo Mario Naves que asegura haber estado en la plaza de toros y no haber visto señal alguna de una matanza nos llevan a pensar que quizás lo que contó Jay Allen en su reportaje al Chicago Tribune no fue cierto o tal vez nunca estuvo en Badajoz y utilizo fuentes erradas para escribir su crónica. En cualquier caso y dejando a un lado la veracidad de sus crónicas lo único que sí es cierto es que reportajes como los de Allen han influido definitivamente en la imagen de la guerra civil y forman parte ahora de la memoria colectiva.

Herbert Matthews nación en Nueva York en el año 1900 y llegó a Madrid a primeros de diciembre de 1936, este excepcional periodista que reportaba para el New York Times es característico no solo por su increíble trabajo sino también por ser enormemente apreciado tanto por periodistas con los que compartió durante la guerra civil como por historiadores de la talla de Paul Preston que lo califica como un periodista “meticulosamente sincero”.

Caracterizado por sus constantes críticas a la intervención alemana e italiana, este corresponsal profundamente identificado con la causa republicana es el personaje característico de periodista que lucha por sus ideales, al contrario de muchos otros se quedo en España casi hasta el final de la guerra y salió por la frontera catalana junto con los derrotados.

Arturo Barea durante su labor como censor de los corresponsales extranjeros en Madrid trato de mitigar las emotivas descripciones de los efectos de la guerra en la población civil o la denuncia de la intervención de las potencias fascistas por parte de Matthews. Sus noticias solían tener un tinte parcializado debido tal vez a su compromiso ideológico con la república pero sin embargo esto no impidió según cuenta Paul Preston que “su ética personal le obligaba a no escribir nunca una palabra que no creyera fervientemente cierta”

Entre sus obras destacadas se encuentra un extenso reportaje publicado en 1937 en el que consagro definitivamente a las brigadas internacionales como una de las grandes aportaciones de la guerra civil española, en el describe a las brigadas como unos jóvenes maravillosos “que han venido de los cuatro esquinas de la tierra para luchar por sus ideales”.

Destaca por ser el último que entrevisto a Negrín reportaje en el cual analiza por que se había perdido la guerra “nuestra inconmensurable incompetencia, nuestra falta de moral, las intrigas, celos y divisiones que corrompían la retaguardia y, por último, nuestra inmensa cobardía más que la carencia de armas. Cuando digo nuestra… me refiero a nosotros, a los dirigentes irresponsables” son palabras del dirigente republicano.

Publicó todavía estando en España Two wars and more to come, donde dice: “No soy comunista ni fascista, ni radical ni conservador, ni católico ni anticlerical, pero me descubro ante esta gente [los republicanos]. Están luchando, peleando y sufriendo por mejorar la vida que han tenido hasta ahora, y espero que ganen”. Y en The Education of a Correspondent (1946). “Nunca volverá a ocurrir algo tan maravilloso como esos dos años que pasé en España. Y no lo digo yo, sino que también lo afirman todos los que vivieron este período junto a los republicanos españoles. Soldado o periodista, español, norteamericano, francés, alemán o italiano, daba igual. España era un crisol en el que la escoria quedó fuera y el oro puro, dentro, que hizo que los hombres quisieran dar sus vidas con orgullo. Dio sentido a nuestra existencia”

Es junto a Hemingway una de las figuras míticas que ocupo lugares como el hotel florida en Madrid, este ultimo tomaría definitivamente algunos rasgos de Matthews para el personaje de Robert Jordan en su novela por quién doblan las campanas.

Ernest Hemingway es probablemente el periodista estadounidense más reconocido por su participación como corresponsal en la guerra civil española, se convirtió en un personaje mítico del cual derivan toda clase de historias llamativas sobre su vida durante el periodo (entre la primavera de 1937 y el verano de 1938) en el que estuvo en España; su reserva de vinos y alimentos en el hotel california, sus relaciones con sus colegas periodistas e incluso su vida amorosa se convertirían todo anécdotas de este carismático personaje que serían contadas luego por sus compañeros.

Su trabajo es uno de los mejores ejemplos de la economía de lenguaje, precisión y ritmo narrativos que le hicieron ser el creador de un género literario a caballo entre la novela y el reportaje, precursor del nuevo periodismo de los años setenta. Debido a su experiencia bélica tienen visión, sabe apreciar los detalles importantes y llegar a conclusiones correctas cuando está reportando desde el frente; escribió una serie de artículos que nos dan como resultado una gran crónica pormenorizada, cronológica y constante que nos da una idea muy completa de los acontecimientos ocurridos en el frente de Madrid durante poco más de un año en el que estuvo en dicha ciudad

Frente al reporte minucioso encontramos al Hemingway de las pasiones y los ideales tal y como se muestra en su novela por quién doblan las campanas obra en la que ensalza las hazañas, el esfuerzo de los combatientes y los horrores sufridos en la guerra; es esta obra que se ha convertido en un clásico de la literatura universal en la que Hemingway hace un homenaje a todos los que participaron en esta convulsa época y lucharon fieles a sus ideales, es una oda también al valor, la moralidad y la lucha no solo con los enemigos sino también con nuestros propios aliados y con nosotros mismos, aspecto que caracteriza bastante la situación en la que se encontraban las personas en guerra civil, en la cual al igual que en la novela la división no era cuestión solo de dos bandos sino que afectaba en forma mucho más profunda a la sociedad.

En sus crónicas Hemingway demuestra su apoyo a la república sin que esto llegue a afectar la veracidad de lo que escribe, expresa en un principio una fuerte esperanza en que la república ganará la guerra.

Participa como narrador y guionista del documental Tierra de España de 1937 dirigido por el cineasta Joris Ivens. Con 53 minutos de duración es una de las películas más famosas sobre la guerra civil española. Hay que destacar la preocupación por mostrar la lucha encarnizada de los milicianos y los movimientos políticos campesinos, así como los aspectos positivos de la Segunda República.

Por último antes de irse de España nos deja la siguiente reflexión que demuestra que tan comprometido estaba con la causa “durante los últimos quince meses he visto asesinatos en España, cometidos por los invasores fascistas. El asesinato es diferente de la guerra, se puede odiar la guerra y ser contrario a ella y, sin embargo, acostumbrarse a ella como un modo de vida cuando se lucha para defender el propio país contra un invasor y por el derecho de vivir y trabajar como un hombre libre. En este caso ningún hombre que merezca el nombre de tal concede mucha importancia a su vida porque están en juego cosas mucho más importantes. Un hombre que observa esta misma guerra y escribe sobre ella no se preocupa por su vida si cree en la necesidad de lo que está haciendo, solo le preocupa escribir la verdad.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario