La época de la guerra civil fue un periodo en el que la atención del mundo entero estuvo puesta en España, la guerra significaba la confrontación no solo militar sino social y más que todo ideológica, se presentaban entonces en el campo de batalla además de hombres la principales teorías filosóficas y políticas de la época; no es extrañar entonces que enfrentado a la no intervención de Estados Unidos se encuentre la gran cantidad de información y por lo tanto de opiniones que esperaba el pueblo estadounidense recibir en la época.
A España llegaron gran cantidad de periodistas en busca de la verdad y la aventura con el fin de informar a su país sobre lo que estaba ocurriendo en lo que sería uno de los más grandes acontecimientos no solo español sino mundial de su época, y se encontraron, además, con como la llegada a España supone el descubrimiento fatal del horror cotidiano de la guerra.
Al llegar a España los periodistas se encontraron con múltiples problemas para llevar a cabo su trabajo, las enfermedades, la escasez de alimentos y la obvia inseguridad a la que se enfrentaban suponía un impedimento para realizar su labor pero lo fue también en gran medida la censura a la que eran sometidos; sin importar a que bando se acercaran, ya fuera al republicano o al nacionalista tenían que cumplir con las normas que se les impusieran, para los bandos las publicaciones periodísticas conformaban una especie de publicidad que podría traerles el aprecio o repudio de los mismos españoles y de las personas y gobiernos de países extranjeros que podrían ayudarles en la guerra o reconocer la autonomía o soberanía de un bando u otro; esta era la razón por la cual si un periodista escribía aspectos demasiado negativos como los horrores cometidos por el ejercito del bando bajo el cual se cobijaban se arriesgaban a que les fuera negado enviar sus escritos a los periódicos a los que trabajaban y cuando el periodista lograba evitar la censura y el articulo llegaba a ser publicado, en algunos casos, corría riesgo incluso su propia vida.
La censura fue diferente para los periodistas que estaban del lado republicano, aunque sufrieron igualmente el control sobre lo que escribían fueron mucho más libres a la hora de reportar los enfrentamientos, además de disfrutar de más movilidad y poder incluso acceder al frente de batalla; en el bando republicano hubo una excelente acogida a periodistas extranjeros como no la hubo en cambio en el bando nacionalista donde los corresponsales estaban muy limitados en lo que podían escribir y donde eran fuertemente amenazados si no cumplían con la censura, además el acceso al frente estaba totalmente prohibido. Destaca como método para evadir la censura el uso del slang (uso coloquial de la lengua inglesa) por los corresponsales estadounidenses en los reportajes.
Por tanto y teniendo en cuenta las diferencias ideológicas, la forma en que cada periodista que llego a España escribió sobre los hechos fue diferente, a Estados Unidos llegaba en la época de la guerra civil multitud de reportajes y opiniones que hacen que el lector norteamericano tenga una gran variedad de textos y opiniones diferentes entre las cuales elegir la que mejor le convenza; en el New York Times, por ejemplo, los corresponsales se contradecían a menudo, y el periódico optaba por publicar varias versiones de un mismo hecho, lo que provocaba un vivo debate y el cruce de cartas de los lectores. En este ambiente de corresponsales de guerra encontramos diferentes personajes, están los reporteros más objetivos e imparciales, los amarillistas, comprometidos con la causa, los que se identifican con los ideales etc. pero sin importar que tan imparcial pudiera ser un corresponsal algo es seguro, siempre demostraban en mayor o menor medida su adhesión a algún bando político y para la mayoría de los periodistas estadounidenses este era el republicano.
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