Para poder explicar la visión alemana en la Guerra Civil española hay que empezar diciendo que la Guerra Civil es una antesala a la Segunda
Guerra Mundial donde se pondrían en práctica los elementos
persuasivos más importantes. La Primera Guerra Mundial había
significado el nacimiento de la propaganda sistemática por parte de
los estados más poderosos. Es la Guerra Civil española un
antecedente de la Segunda Guerra Mundial en el terreno
político-ideológico, en el militar y también en el terreno de la
propaganda. Utilizaban los carteles, el cine informativo, desfiles,
actos, folletos y la prensa escrita como medio de
propaganda, pero
aparecen dos elementos nuevos: el cine sonoro y la radio.
El
cine sonoro llega a ser tan importante como la radio, porque ya se había utilizado a lo largo de la Primera Guerra Mundial.
El
desarrollo de la radio en la España de los años treinta estaba por
debajo del de otros países europeos. Pero era suficiente, al menos
en el medio urbano, para que su uso propagandístico tuviera
trascendencia.
La
radio fue utilizada por ambos bandos y también fue instrumento de
propaganda exterior y a la España dividida de entonces
llegaron numerosos mensajes radiofónicos desde el extranjero.
Ahora voy a hablar de dos personas muy importantes de la propaganda nazi en España, esas personas son:
JOSEF
HANS LAZAR
Durante
la Guerra Civil española Lazar trabajó para la agencia de noticias
Transocean bajo el mando de Joseph Goebbels. Transocean era una de las primeras empresas de
propaganda nazi. Lazar era el jefe de
prensa y propaganda de la Embajada alemana y consiguió controlar
decenas de hojas parroquiales que él financiaba y en las que se
defendía la causa alemana.
Un
hábil sistema para llegar a miles de personas por una vía de
apariencia inofensiva. Lo que hacía era preguntarle a los curas si querían tener
su propio periódico diciéndoles que él se lo pagaría con
publicidad de empresas alemanas como Siemens o Mercedes. Pero en
realidad no pagaban las empresas alemanas sino los fondos de reptiles
que manejaba Lazar y que se nutría de las aportaciones
de la Embajada alemana.
Acudía
a todas las fiestas y se dejaba ver por los locales más exclusivos,
sobre todo por el reservado del restaurante Horcher, que era un nido
de espías nazis cerca del Retiro. Estaba considerado como el hombre
mejor informado de Madrid.
Era
un gran relaciones públicas al que odiaban los representantes de las
embajadas inglesa y americana.
Puso
en marcha una estrategia propagandística que llamó “El Gran Plan”
que contaba con colaboradores en oficinas de Correos, con falangistas
en muchas ciudades que repartían sus panfletos y extendían el
mensaje de Hitler y así dirigió la opinión pública española a
favor de los alemanes.
El
boletín en el que se recogían las noticias más importantes y el
parte diario de los combates se distribuía a los diplomáticos y
jefes de las empresas más importantes. Una copia traducida al
español se enviaba a la agencia EFE. Ademas la Embajada financiaba y
editaba muchas revistas camufladas cuyo objetivo era alabar las
virtudes del nazismo. Revistas como Heroísmo y aventura o la
Colección de los 7.
Los
corresponsales españoles en Berlín de La
Vanguardia, Madrid, Informaciones
y ABC
transmitian
sus informaciones a través de la agencia EFE y de esta forma la
Embajada alemana conocía de antemano sus contenidos. Además, 50
periódicos españoles recibían las llamadas Cartas berlinesas, que
eran unas crónicas manipuladas por parte de los alemanes.
Algunos
alemanes residentes en España estaban en desacuerdo con el tono y
contenido de la propaganda que se transmitía desde el departamento
de prensa de la Embajada que dirigía Lazar o la que proyectaban los
consulados generales, pero la amenaza del aparato policial
les aconsejaba callar. Cualquier sospechoso de no apoyar las ideas de
Hitler era secuestrado y trasladado a Alemania para ser conducido
ante un “tribunal”.
JOSEPH
GOEBBELS
Goebbels
pertenecia al Partido Nacional Socialista. Fue uno de los personajes más
leales a Hitler y se convirtió en uno de sus mas fiables amigos y
confidentes.
Su
función consistía en controlar todos los medios: la radio, la
televisión, el cine, la literatura... Debía
impedir que saliera a luz la información del exterior. Usó mucho lo que hoy en día se conoce como el marketing
social, ensalzando muchos sentimientos de orgullo, promoviendo odios
y convenciendo a las masas de cosas muy alejadas de la realidad. La
política informativa que favorecía a Hitler, era dirigida desde
Berlín por el propio Goebbels. Se convirtió en el Ministro de
Información y Propaganda del Reich.
Goebbels
se erigía como una especie de «historiador» malintencionado
de la Guerra Civil, con publicaciones como el «Libro Rojo sobre
España» o su discurso sobre «La verdad sobre España», ambos de
1937. En el primero, describía con todo tipo de detalles los ataques del bando republicano. Mientras que en el segundo,
pronunciado en el congreso del partido nazi celebrado en Nuremberg,
explicaba el supuesto problema español en el contexto de la lucha
entre el «Imperialismo judío-bolchevique» y las «fuerzas
positivas» en Europa, viendo a España como un campo experimental
del «terror rojo» para un futuro ataque al continente.
Estos
discursos y textos del «historiador» nazi sirvieron para reflejar
la evolución de las relaciones entre la España franquista y la
Alemania del Tercer Reich en aquellos tres años, y para ver también
como Goebbels fue cambiando de opinión desde el entusiasmo inicial
por el «golpe de Estado», hasta las duras críticas por el lento
avance de Franco en los diferentes frentes.
El
20 de julio de 1936, tan sólo tres días después del inicio de la
sublevación, escribía en sus diarios: «En España prosigue el
“putsch”. Esperemos que triunfe». Ese mismo año, sus escritos
siguieron siendo optimistas: «Nuestros mejores deseos y aviones le
acompañan» o «sólo Franco es un hombre»
Después,
Goebbels fue mostrándose cada vez más desencantado con el
desarrollo de la guerra: «El avance de Franco otra vez estancado»
(17 de enero de 1937), «clamorosas noticias sobre el terror rojo en
España. Pero Franco no avanza. ¿Será realmente el hombre?» (24 de
enero de 1937), «el ataque aéreo al acorazado alemán “Deutschland”
resulta mucho más grave aún de lo que al principio se pudo pensar:
22 muertos y más de 80 heridos. Esta España maldita nos crea
preocupación tras preocupación y un día quizá convertirá el
mundo en llamas» (31 de mayo de 1937), «en España no se adelanta.
El “Führer” ya no cree en una España fascista» (24 de julio
del 37) o, finalmente, «el ejército republicano está ya en plena
desbancada y los alemanes todavía no se lo acaban de creer» (27 de
enero de 1939).
En definitiva al principio tanto Hitler como Goebbels confiaban en que
el golpe de Estado que había dado el bando franquista fuese a
funcionar y España entera fuese fascista. Poco a poco los nazis
fueron dudando de Franco y su capacidad para ganar la guerra.
También
hay que añadir que en Alemania no solo existía el nazismo sino que
aunque una parte de la poblacion era nazi y albaba a Hitler, otra parte de los alemanes estaba en contra del
nazismo y de que triunfase el fascismo en España. Pero toda esa
gente no podía expresar su negativa al fascismo y al nazismo en
Europa porque temían la represión hitleriana.
Marta Ortiz.